Por: Lucero DÍAZ ESTRADA

Uruapan, Mich.- Entre el llanto inconsolable de sus hijos y la impotencia de sus familiares, fue despedida en silencio Adriana González Ortiz, elemento de la Policía Municipal de Uruapan, quien tras siete años de servicio comprometido perdió la batalla contra el cáncer.

Su muerte no solo deja un profundo vacío en su hogar, sino también una herida abierta en el corazón de quienes la conocieron y hoy ven con tristeza cómo su entrega al servicio de la policía municipal fue ignorada por la institución a la que se dedicó, incluso enferma.

Pese a que en estos casos se acostumbra rendir honores por parte de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio, esta vez no hubo sirenas, ni escoltas, ni bandera a media asta. No hubo palabras oficiales que reconocieran su valor, su entrega, su lucha. Solo un sepulcro frío y el silencio institucional que ha provocado indignación entre familiares, amigos y compañeros.

Adriana deja en la orfandad a tres menores que crecieron viendo a su madre portar con orgullo el uniforme. Su lucha contra el cáncer no la detuvo de cumplir su deber hasta que el cuerpo no pudo más.

“Ella no merecía este olvido”, reclama su familia, quien exige que su memoria sea dignificada, al menos con una reseña en Enlace Informativo, que recuerde su vocación de servicio y el ejemplo de mujer fuerte que fue hasta el final.

El gesto de omisión por parte del Secretario de Seguridad Pública ha sido interpretado como un acto de desprecio que ha agravado el dolor de los suyos.

Hoy, desde este espacio, honramos su nombre: Adriana González Ortiz, mujer, madre y policía. Descanse en paz.

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